Un gesto típico entre joyeros al ver un broche es girarlo para ver cómo está hecha la trasera, el cierre de la pieza.
Este gesto ha llevado a que se le acabe dando casi la misma importancia a lo que vemos cuando llevas la joya como a lo que no vemos.
Esta pieza parte de esa idea para, de una forma conceptual, hacernos reflexionar sobre la importancia de aquello que ocultamos de nosotros mismos, que, por pudor, vergüenza o manía, no nos atrevemos a mostrar.
Broche
Materiales: latón, esmalte frío, acero.